lunes, 1 de noviembre de 2010

I'm SO sorry!!!



Lo Ciento!
[con c porque lo siento cien mil veces]
De verdad que no es mi intenciön no publicar.
Es que no hay inspiración chicas,
pero prometo publicar lo más pronto posible.
Aparte que a mi no me gusta la idea de publicar algo que
creo que lo hice mal o por escribir algo.
Yo no hago las cosas por hacer[si me importan xD]
Hay una niñita MUY dulce,
que me hace recordar casi todos los dias que DEBO publicar.
[cof cof! You know who you are]
Les prometo que pronto subire Brand New Chapter ;D
No se como le hago pero,
si o si subo el capitulo siguiente (:
[ya sé, si la voy a seguir despues de ese]
Küssen,
Daniela!*
P.S.: chicas si me pudieran hacer el favor de "promocionar" mi blog, en verdad les agradeceria mil! ILY <3

miércoles, 7 de julio de 2010

Capitulo 3- ¿Donde estoy?

Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis. Siete. Siete puertas de diferentes tamaños y diseños tallados en ellas se erguían en frente mío. Pero estas tenían algo peculiar. Al lado de cada una había una especie de cristales de colores. No les presté mucha atención. Estaba completamente sola, así que me levante y comencé a revisar si alguna de las puertas estaba abierta. No. Ninguna abría y no veía ninguna llave en ningún lado. Pero así, de la nada encontré detrás de mío una mesita de cristal, con patas de metal color oro. Encima estaban un florero y una cajita muy ornamentada con un mensaje encima, y al lado de esta había una llave pequeña y aparte de eso, encontré una nota en un pergamino algo gastado.
Tomé la llave, ignorando el pergamino y me dedique a pasar por cada puerta probando la llave, pero no le hacía a ningún cerrojo. Incluso había cerrojos tan grandes que la llave pasaba por estos sin poder siquiera intentar abrir. No me había percatado de esto. Fue extraño. Llegué a una especie de cortina que no había visto antes. Examiné si tenía algo que me pudiera ayudar y encontré detrás de ella una pequeña puerta de no más de 30 centímetros de alto. Probé la llave en esa pequeña cerradura y los pequeños cristales que estaban al lado comenzaron a brillar con los colores del arco iris. Pensé en tocarlos a ver qué pasaba. Intenté, pero no logre oprimir solo uno. Mis dedos eran muy grandes para ellos. Aunque me di cuenta de que estaban incrustados a la pared. Así que no tenía nada que ver con oprimir nada. No se me ocurría nada. ¿Qué es lo que debía hacer con eso? Al instante me levante y comencé mi búsqueda. Busque por todos lados otro objeto que me ayudara a descifrar para que sirvieran aquellos cristales resplandecientes.
Y como si un rayo me hubiera dado en la cabeza, me acordé del pergamino. Lo revise y en él estaba escrita la letra de una canción la cual no revise ya que no pensé en la importancia que tendría. Pensé en eso como un plan B, nada más que un respaldo si no me funcionaba otra cosa. Luego, revisé la cajita que estaba encima de la mesa. Lo único que encontré dentro de ella fue una botellita transparente con forma de lágrima con un líquido color rojo transparente. Tenía una nota: Bébeme. No lo pensé ni dos veces. Ya había abierto la botellita y comencé a tomarme el contenido de a pocos. No llegue a terminarlo todo. Comencé a toser. Aquel líquido me causaba una quemazón en la garganta, como si me hubiera tragado un ají entero.
De repente, la habitación se agrandaba. Todo lo que estaba a mí alrededor crecía desmedidamente. La mesa de cristal, las puertas, las paredes, todo era muchas veces más grande de lo que era 30 segundos antes. Nada tenía su tamaño anterior. ¡Hasta mi vestido había aumentado de tamaño! Era imposible. Me puse a pensar en él la posibilidad de aquella locura. Pero casi instante me percaté de que la habitación no había crecido. Yo había empequeñecido. Pero, si mi vestido se había quedado con mi tamaño anterior, ¿Qué estaba usando yo? Me miré el torso. Llevaba puesto un vestido morado, que me llegaba un poco más arriba de las rodillas y tenía una falda diseñada como si fuera una flor. Una orquídea para ser exactos. Mientras que la parte del torso terminaba en una especie de hojas, como si fueran las hojas de la orquídea y este vestido no tenía mangas. Se me ocurrió mirar a la puerta. Me alegre al darme cuenta de que al fin podría pasar por la puerta. Sin embargo, la felicidad no me duro mucho. Corrí lo más rápido que pude hacia esta. La cerradura estaba abierta pero para abrir por completo la puerta tenía que descifrar la utilidad de los cristales del muro. Recordé el pergamino y que lo había dejado en la mesa. ¡Rayos! Corrí de vuelta a la mesa y vi a través del cristal el pergamino. No lo había dejado ni si quiera desenrollado como para verlo a través del cristal. Estaba completamente frustrada. Me senté en el frio piso y lloré en silencio. Lloré amargamente. Odiaba cada gota... cada lágrima que salía de mis ojos. Estas solo significaban decepción, la más pura. Simplemente me frustraba fácilmente.
Después de unos minutos con la cabeza gacha, la levante. Y así como si ya la hubiera visto antes, mi vista se posó en una segunda cajita, pero esta vez era de cristal. Me acerqué y la abrí automáticamente como si ya estuviera acostumbrada a tal movimiento. Dentro, encontré un panecillo con chispas de chocolate, o eso aparentaba ser. La chispas formaban la palabra Cómeme. Me llevé el panecillo a la boca y le di un pequeño mordisco. Casi al segundo estaba creciendo. Comí la medida exacta como para que me dejara de mi tamaño normal. Sonreí. Me giré a ver la mesa, y cogí la botellita con el líquido rojizo. Me tome un trago y rápidamente la deje sobre la mesa. Simultáneamente tome el pergamino para no olvidarlo de nuevo. Como esperaba. Al fin lo logré. Me dirigí con dificultad a la puerta. Ahora medía 25 centímetros y cargaba un pergamino que me doblaba el tamaño. Ni bien lleguen en frente de los cristales desenrollé el pergamino para leer su contenido. Curioso. Esa canción me era conocida. Mi madre me la cantaba antes de dormir cada noche. Era mi nana. La única nana que me hacia dormir. No me detuve por más tiempo a examinar el pergamino. Inmediatamente, me dirigí hacia la puerta y me paré en seco justo en frente de los cristales. Luego, sin dudar comencé a cantar:
Have you ever seen the sky so
Beautiful, colorful,
Wide and wonderful
Have you ever felt the sunshine so
brilliantly, raining down
Oh! The unity

Have you ever wanted more?
Wanted more?

You’ve got to keep your mind wide open
All the possibilities
You’ve got to live with your eyes open
Believe in what you see

Think of all the days you’ve wasted
Worrying, wondering
Hopelessly hoping
Think of all the time ahead
Don’t hesitate, contemplate
No it’s not too late

Have you ever wanted more?
Wanted more?
Don’t you know there’s so much more

You’ve got to keep your mind wide open
All the possibilities
You’ve got to live with your eyes open
Believe in what you see

Tomorrows horizons full of surprises
Don’t let them take your dreams away


Mientras cantaba, veía como los cristales se iban prendiendo a medida que yo cambiaba el tono de mi voz. Solo seguí cantando hasta que terminé y casi al instante sonó un ‘click!’ de la cerradura que se abría completamente. No comprendí tres cosas. Uno: ¿Cómo es que la nana que mi madre me cantaba para dormir había sido la clave para abrir la puerta? Dos: ¿Cómo es que recordaba la nana si hacía ya más de 10 años mi madre la había dejado de entonar? Y mi memoria la verdad, no era tan buena para recordar eso. Y por último, pero no menos importante, ¿Por qué sentía la necesidad de entrar a ese lugar? No era que me interesase en lo absoluto pero tampoco me atraía inevitablemente. Era como un imán que me atraía por su magnetismo o como la tierra me atrae a ella por su fuerza gravitacional. Todo era inexplicablemente confuso pero con cierta lógica a la vez.
Llevaba ya unos minutos ahí parada con la vista fija en la cerradura de la puerta, intentando con todas mis fuerzas evitar la fuerza que me atraía a la puerta. Solo sabía que por alguna razón, mi intuición me decía que no traspasara el umbral de esa puerta porque algo me esperaba ahí y no era nada bueno. “Entra. No te pasará nada malo.” Era la voz de aquel joven otra vez y por costumbre le hice caso. Di cinco pasos hacía la puerta y me detuve justo en frente de ella, levantando levemente el brazo hacia el picaporte. “Vamos, Abre la puerta” me insistió la voz del joven. No retrasé mas las cosas y abrí la puerta en menos de un segundo, quedando anonadada por la belleza de aquel lugar. Lo único que puse hacer fue dar unos cuantos pasos hacia el interior de la puerta, entrando a ese fabuloso lugar, dejando que la puerta se cerrara a mis espaldas y desapareciendo en el aire.
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Hallo! Si, lo sé. Tarde mucho en publicar. Perdón! Especialmente para una personita que me reclamaba cap. ¬¬ Pero pasa que tenía el cap. hasta donde estoy publicando, pero siento que le falta algo. No sé ustedes pero...para mi, le falta xD jeje Bueno, la canción que puse es 'Keep your Mind Wide Open' de Annasophia Robb (la chica que sale en 'La Montaña Embrujada' xD) Lo cierto es que no se me ocurría ninguna cancion y pedí ayuda pero...no me gusto como quedo y al final me acorde de esta cancion y la puse. jeje Bueno las dejo porque sino me queda mas larga mi explicación de lo que es el cap. ;D
Küssen! Ich Liebe dich <3
Daniielaa!*

martes, 8 de junio de 2010

Capitulo 2 – La entrada a un mundo desconocido

Corrí. Corrí lo más rápido que pude, como si corriendo toda mi ira y tristeza se quedaran atrás, junto con mis problemas y dudas. Estaba tan molesta y angustiada que corrí hasta un lugar al que yo nunca había ido en toda mi vida pero sabía que existía. En ese momento paré de correr y me detuve a ver. Era la parte más alejada de todo el jardín. Allí nadie iba jamás, por eso que veía todas las plantas crecidas y algunas secas. Era muy deprimente ver este paraje así tan desolado y descuidado. Me angustiaba ver esto, puesto que yo adoraba la naturaleza y había crecido jugando entre flores de colores y descansando a la sombra de enormes y hermosos árboles de los jardines de la casa. Otra razón por la que nunca vine en mi vida era porque me daba miedo venir. Desde pequeña pensé en este lugar como la lúgubre y solitaria guarida de uno seres extraños que vivían en mi jardín.
“Que tonta eres Avril, no hay nada en el jardín. Es solo tu imaginación.” me dijo una voz en mi interior. Era una voz de un joven que escuchaba de vez en cuando, cuando dudaba de algo o pensaba en algo muy tonto. Esa voz me era conocida, o porque la haya escuchado muchas veces en mi vida, si no porque me parecía haberla escuchado de alguien a quien yo aprecié mucho en algún momento de mi vida, en un pasado muy lejano. Y cuando la escuchaba era como un alivio para mí, me tranquilizaba. Le hice caso a esa vocecilla y seguí inspeccionando cada minúsculo detalle de este recóndito lugar. Era tan triste ver todo tan descuidado. Habían helechos tan crecidos que cubrían gran parte del terreno. Y en todas partes encontraba malas hierbas que asfixiaban a todas y cada una de las plantas que alguna vez tuvieron un aspecto muy alegre. “Cuando regrese a la casa, diré a los jardineros que se dedique a esta parte del jardín.” – pensé mientras examinaba, lo que a mi parecer, fueron unos rosales. Dediqué mucho tiempo de esa mañana en analizar cada marchita planta, cosa que me era muy fácil. Mi madre me había enseñado a reconocer y cultivar cada hermosa planta de nuestros jardines.
De repente, me sentí tan cansada que caí al frio suelo, lleno de hierbas. ¿Había corrido tanto? ¿Qué tanto había recorrido? La verdad ni me importaba. Solo quería estar lejos de ella, la persona que mas quise en mi vida y que acababa de derrumbar esa gran muralla de confianza que le tenía con tan solo una mentira que me lastimo tanto. Ahora tenía una herida que no era posible curar con medicinas y ni vendas, una herida que solo la curaría ella, ganándose mi confianza otra vez. Allí tirada en el pasto, recordé cada minuto, cada segundo de la conversación que tuve con mamá en el desayuno, reproduciendo en mi cabeza cada palabra y cada expresión que ella uso. La verdad, parecía muy enserio todo lo que me dijo. Pensándolo bien podría ser verdad todo eso. Ya no sé si creerle o no. Todo esto es tan confuso.
Después de un rato, perdí la noción del tiempo. Pudieron haber pasado horas como si hubieran sido segundos. Pero no me importó. Me reincorporé, quería seguir investigando el jardín, así que comencé a caminar sin rumbo alguno. Observé cada mínimo detalle de ese pequeño pueblo abandonado. Si, era como un pueblito que habían abandonado por causa de alguna guerra o algo parecido. Todo árbol era como una gran casa de altos tejados, destruida por aquella batalla y cubierta por la naturaleza con enredaderas. Y cada casa tenía un jardín individual que no había sido cultivado en mucho tiempo. Me pase largo rato admirando cada parte del pueblito, observando cada rama de los árboles, cubierta por la maleza. Hasta que sin darme cuenta llegue a la linde del jardín, que daba al bosque. En verdad no quería llegar tan lejos. Me dije a mi misma que regresaría, así que me di media vuelta, cuando en eso escucho que una voz en mi cabeza me dice “Sigue”. Era la misma voz que me hablaba cada vez que dudaba de algo pero… yo no dudaba de nada en ese momento. Estaba segura de que era la mejor opción, volver a casa. Aunque me intuición me decía que le hiciera caso. Sentía muy dentro de mí que algo importante pasaría si me adentraba en el bosque. Además, aquella voz siempre me pareció confiable, así que la obedecí y me adentre en el bosque.
Caminé por unos minutos, en los que seguía un sendero que estaba un poco tapado por la maleza. Caminé hasta llegar a cierto punto del bosque en el que no veía el final del jardín, pero eso no me alteró en lo más mínimo, más bien me alegro, me dio un sentimiento de… adrenalina, pura exaltación. Fue simplemente embriagador. Hace mucho no sentía eso, y a mí me encanta esa sensación. Me dedique a buscar aquello que me atraía a ese lugar. Pero por más que me adentraba en el bosque no encontraba la razón de que en este momento esté perdida en el bosque. Comencé a sopesar la idea de volver a la casa ya que estaba haciéndose tarde. Yo creo que ya eran las 6:00 p.m., eso explica el hambre que tenía. De repente vi a unos 10 metros de mí una especie de quiosco, color blanco resplandeciente y muy adornado, perfecto, encantador, delicado. Parecía que con un simple roce se partiría en mil pedazos. Así que me acerqué muy despacio y con mucha delicadeza.
Llegue a él y, ¿qué era ese enorme agujero en el centro? Trate de ver que había dentro del hueco pero no logre divisar más que tierra y alguna que otra raíz de los árboles cercanos. Pensé en irme porque ese lugar ya me comenzó a dar mala espina así que me voltee para volver a mi casa pero el problema ahora era como volver. Ya no podía ver ni atisbo de la senda. Era oficial: me había perdido. Volví mi mirada a el agujero del quiosco y lo examine de nuevo, por había algún detalle que hubiera pasado por alto, pero no había nada nuevo. Me giré de nuevo a donde debería haber estado la senda y para mi gran sorpresa vi a un conejo blanco. Era exactamente igual al de mi sueño. Usaba traje y me miraba con curiosidad. Trate de acercármele lo más cautelosamente posible. Pero no había dado ni un solo paso y este exclamó:
– ¡Alicia! ¡Eres tú!– eso me sobresaltó, e hizo que saltara de un susto y cayera por el agujero que estaba justo a mis espaldas y no me había dado cuenta.
Caí, caí y caí por aquel pozo sin fondo. Aunque me pareció realmente extraño porque en el habían muchísimas puertitas como de alacenas y estas se abrían y cerraban solas. Y de aquellas alacenas salían todo tipo de utensilios de cocina, de hecho era el servicio completo. Aunque de algunas de ellas salían especies de jarrones y otras cosas. Había muchas cosas que caían junto a mí, como mesas, sillas, almohadones y en una ocasión casi me cae un piano encima. Caía sin parar. Parecieron horas todo el rato que estuve cayendo. Hasta me parecía que iba a llegar a China si seguía cayendo. Y en todo el recorrido logre ver de todo, en especial cosas que encontrarías en la casa de alguien humilde. Me había cansado de caer. En un momento vi una cama, quise acercarme a ella para recostarme en la caída pero no llegue a tiempo y se me adelanto en la caída. Caí hasta que casi me quede dormida pero cuando ya había decidido tomar una siesta... Choque contra algo duro y frío. No fue hasta despues de unos minutos de aturdimiento, que me di cuenta que había llegado a el final del agujero. Había llegado a una pequeña sala con muchas puertas de diferentes tamaños.
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Hallo! Perdón por la demora! Lo que pasa es que por lo de mi cumple no pude publicar ya que estuve atendiendo a mi familia xD Pero aquí esta el cap. Espero que les guste!! Comenten. Bye! Ich Liebe dich <3

sábado, 29 de mayo de 2010

Capítulo 1 – Es solo el comienzo de una locura

Recuerdo perfectamente los días en los que mi madre comenzó a contarme historias del País de las Maravillas. Para mí, sus historias lo eran todo. Hasta me había imaginado a mi misma en el, pero ahora pienso que todo eso no son más que historias que mamá invento para entretenerme. Es más, ahora tengo mejores cosas en que pensar… como que mi padre está buscando pretendientes para mí. Aunque la verdad no le encuentro sentido porque yo acabo de cumplir los 15 años.

Mi padre lleva semanas buscando a un muchacho que quiera mi mano en matrimonio pero ninguno ha querido…después de lo que les hice a todos y cada uno, aunque al último le fue peor. Desde entonces tengo la fama de ser muy traviesa. Yo diría que trato de salvarme del matrimonio. Y bueno, gracias a eso todos han dejado de buscar a papá en busca de mi mano. A ningún muchacho le interesan las chicas traviesas como esposas, como lo soy yo.

Mi último pasatiempo desde poco es planear que le voy a hacer al próximo pretendiente en el banquete que mis padres realizan junto con los de él. Pero visto que no viene ninguno me tome ese tiempo para pensar en un sueño, un sueño que llevo soñándolo cada noche desde que comenzó todo esto. En él, me veo a mi misma a los 5 años, estoy en un lugar muy extraño, de helechos muy crecidos y arboles tan altos como una montaña. También hay personajes raros como animales, que hablan y visten como seres humanos. Y las personas que habitan ahí son todas muy extravagantes, de ideas muy locas y reacciones extrañas.

Cuando en eso escucho que alguien toca la puerta de mi habitación. “De seguro que es la criada que viene a levantarme por ordenes de mi madre” pensé.

–Señorita Avril, ya levántese y vístase. Su madre la espera para desayunar en el salón.- dijo mientras arreglaba el vestido que usaría hoy.

– De acuerdo ­– acepté. ­– Dile que iré enseguida.

Ella solo se giró hacia mí y asintió, para luego retirarse susurrando “Permiso”. Con lo que no me quedo más que levantarme y vestirme de inmediato. Me había dejado un vestido azul claro con detalles de flores en la falda y una que otra en el pecho, de manga 3/4. Mientras me vestía seguí pensando en ese extraño sueño. Hasta que me decidí a contárselo a mi madre. Luego de cambiarme me fui a peinar, dejando mi cabello suelto, haciendo caer las delicadas hondas por mi espalda.

Ni bien entre al salón, mi madre ya estaba esperándome parada en frente de la mesa, con una deslumbrante sonrisa y los brazos abiertos para mí. Hoy vestía un vestido blanco con pequeños detalles en negro, de manga corta y un hermoso peinado que dejaba que algunos de sus rizos cayeran libremente por su espalda y hombros.

– Buenos días hija. ¿Cómo has amanecido hoy? ­– me saludo ella muy cariñosamente, como habitualmente lo hace.

– Buenos días mamá. Muy bien, gracias. – dije igual de cariñosa. Pero no mencione lo del sueño­. “Dejare que platiquemos un poco y luego le comento el sueño.” Pensé. Así que pregunte– ¿Cómo has amanecido tu?­­– tratando de disimular lo distraída que estaba

– De maravilla querida­– me respondió como siempre con una inmensa sonrisa. ­– Siéntate por favor­– agregó para después dirigirse a su asiento.

Yo asentí con una sonrisa en el rostro y me senté a desayunar con ella. Comenzó a hablar del tema que más se mencionaba en esta casa últimamente: mis pretendientes. Yo escuchaba su voz como si estuviera a metros de distancia, como un murmullo de fondo cuando de nuevo comencé a cavilar acerca de mi sueño y sus personajes. Ahora que me daba cuenta todos se me hacían conocidos, como si fueran viejos amigos de mi infancia a los cuales había olvidado con el tiempo. Y el lugar también se me hacia extrañamente familiar, como si durante mis primeros años me la hubiera pasado el tiempo allí. Recordaba cada pequeño instante de aquel sueño, en el que me sentía perdida, pero a la vez, en casa. Era extraño porque todo lo que debía ser, no lo era. Recuerdo especialmente a tres niñas y un niño. Recuerdo que el niño era muy parecido a una de las niñas y las otras dos niñas eran exactamente iguales pero de alguna forma yo las distinguía. Para mí que eran gemelas y los otros dos también. Y había un momento en el que me veía jugando con ellos, tan alegres y unidos que parecíamos hermanos.

Llegue a reproducir en mi mente cada instante de aquel sueño, pero en el momento en el que llegue a la parte más importante, escucho que alguien se aclara la garganta, como para llamar mi atención y que vuelva al mundo real. Era mi madre que me miraba con una expresión de preocupación plasmada en el rostro, la inigualable preocupación de una madre. Supongo que me había quedado soñando con los ojos abiertos y eso era el motivo de su preocupación ya que nunca me pasaba eso, solo rara vez cuando algo me preocupaba o intrigaba demasiado y ella lo sabía, hasta mejor que yo. Me había visto así ya muchas veces, tiempo atrás cuando tenía trece años y mi mejor amiga estaba muy mal, postrada en una cama, sin levantarse y yo la visitaba continuamente. Siempre me quedaba pensando muy a fondo lo que le pasaría o que sería de mi sin ella aquí. Todo eso paro el día en que ella murió. Ese día llore tanto que parecía que se me habían acabado las lágrimas de toda una vida y el día del funeral fui para despedirme de ella, tirándole encima de su féretro una rosa roja, su flor favorita. Desde entonces mi madre se preocupa bastante cuando yo me pongo a soñar despierta.

­–Avril, ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo malo? ¿Qué es lo que te tiene tan distraída? Desde que comencé a hablar no has prestado atención a lo que decía. ­–dijo ella con un tono desesperado en la voz.

–No mamá no es nada malo, no te preocupes tanto­–dije como para tranquilizarla un poco y resultó bien, así que continué.­–Lo que pasa es que he estado pensando en un sueño muy extraño que tengo desde que papá comenzó a buscarme pretendientes. Y me llama la atención porque tiene unos personajes realmente raros y es un lugar que me parece algo exótico. Lo que quiero saber es que significa este sueño y porque lo tengo en este momento. Debe haber una explicación racional a todo eso.

–Bueno Avril, cuéntame tu sueño. Tal vez te sirva de algo. Y tú sabes que siempre me tendrás para ayudarte en todo lo necesites. – me dijo ya más tranquila y con una sonrisa en el rostro para infundirme valor.

–Bueno, me veo a mi misma de pequeña, primero vagando sola por un bosque con plantas de colores vivos y de gran tamaño, más grandes que las dos juntas, estoy como perdida pero a la vez me veo tan decidida al caminar que no se si estoy perdida o si sé el camino a donde voy. Sigo caminando hasta que llego a un camino que se divide en dos y tiene un letrero en el medio de los dos caminos. En ellos dicen unos nombres muy raros, pero ahorita no recuerdo bien. Me detengo en frente de los letreros, los leo pero no les doy mucha importancia y me voy, pasando por detrás de ellos directo a la a continuación del bosque y sigo caminando hasta llegar a un claro con una mesa con muchas tazas y teteras, de hecho todo el servicio que se pone para tomar el té y sentados a la mesa están un liebre y una lirón conversando como humanos y vistiendo como nosotros, y a un lado, un sombrerero, –al escuchar eso ella cambio su expresión de interés a una sonrisa como si estuviera feliz por algo que yo no entendí, no le tome mucha importancia y seguí– que veía con ternura a cuatro niños jugando a un lado. Así que al ver eso, yo me voy corriendo con una sonrisa en el rostro a darles el alcance a todos los niños y saludar al sombrerero con un cálido abrazo que él lo recibe con mucho gusto y cariño. Y despues de saludarlo voy corriendo hacia los niños a saludarlos con entusiasmo. Luego nos ponemos a jugar y recuerdo bien que eran unas gemelas y un niño y una niña que yo intuyo eran gemelos porque eran casi idénticos. Y de repente en medio del juego, llegan unos soldados que son algo así como las fichas del ajedrez escoltando a una mujer (que a mi parecer era la reina de aquel lugar), que vestía con un vestido similar al que traes ahora y era muy pálida. Y en el instante en que las gemelas la ven, salen disparadas a abrazarla. Mmm… despues de saludar a las gemelas, la reina se dirige a mí y con mucha seriedad me dice algo. Hasta ahí recuerdo, desde aquel punto ya no recuerdo más. – terminé de contarle mi sueño y se quedo pensativa por un momento, completamente en silencio. Pero ese momento se prolongó hasta llegar a ser un silencio incómodo, que solo era interrumpido por nuestras respiraciones, la taza de la que yo bebía mi té y alguno que otro pajarillo que cantaba en el jardín.

Finalmente, me resigné a esperar su opinión. Esperé, esperé y esperé. Cada segundo, cada minuto que pasaban me parecía una eternidad y cada vez me intrigaba más saber que era en lo que tanto pensaba. Tenía una expresión, tan concentrada en algo que a mi parecer ya se había olvidado de mi problema o solo era mi imaginación. Parecía que estaba perdida en el espacio, recordando algo que le pasó hace ya mucho tiempo, conocía esa expresión, mi madre recordaba cosas del pasado lejano. Le pasaba muy seguido. Una vez de pequeña me dispuse a preguntarle en que pensaba tanto cuando se ponía así tan pensativa; ella me respondió que analizaba cosas del pasado pero para mí que era otra cosa. Parecía que planeaba algo o que se perdían sus pensamientos en el vacío por alguna razón la cual hasta ahora desconozco.

Llegue a un punto en el que mi curiosidad no aguantó más y me atreví a preguntarle a mi madre que era lo que pensaba. Pero pensé en sacarla de sus ensoñaciones tan cortésmente como lo hizo ella. Así que me aclare la garganta y finalmente ella volvió a la tierra. Volteó y me miro con dulzura. Eso me dio el valor necesario para decirle:

– ¿Qué pasa? Mira que ahora tú eres la distraída y no yo–dije terminando la frase con una risilla que reprimí de inmediato por si la tomaba a mal. Pero para mi suerte ella se rió de esta última frase y dijo:

–No nada importante, es solo que me puse a recordar algo. Lo que pasa es que tu sueño se me hace familiar…– quedándose pensativa otra vez. En eso se me ocurrió preguntarle:

–Mami, ¿tú crees que me he vuelto loca? – dije esto con timidez y casi en un susurro ininteligible. Ella se limito a tocarme la frente y responderme:

–Sí, te has vuelto completamente loca, demente, has perdido la cabeza. –dijo negando con la cabeza. Esto me deprimió, sentía una gran decepción de mi misma. Cuando mi madre suspiro para agregar–Pero te digo un secreto, las mejores personas lo están– ni bien terminó de decir esto me regalo una de esas sonrisas juguetonas que tanto me gustaban de ella, todas llenas de felicidad.

– ¿Qué es lo que tanto pensabas? – me atreví a preguntar. Eso era lo que más me intrigaba en ese momento.

– ¿Recuerdas –dijo mirando al vacio otra vez–las historias del País de las Maravillas que te contaba cuando tenias tan solo cinco años?

– ¡Pues claro! –Respondí casi indignada, – Si esas eran mis favoritas, ¿cómo las olvidaría? –agregué para dar a entender mejor que nunca las olvide.

–Bueno–dijo aun dudando un poco– todas y cada una de aquellas historias son reales. Cada cosa que te conté, cada detalle, todo lo eso fue lo que yo hice cuando fui allá.­ Lo único que cambie fue mi nombre para que sea una historia que a ti te gustara oír. Pero en sí, todas son mis memorias. Es por eso que me veías tan pensativa cuando eras pequeña. Recordaba todo lo que me ocurrió allá para contarte esas historias, porque sabía que algún día tendrías que ir para este importante día. –

Para cuando termino de decir eso, yo ya estaba echando humor por las orejas. Me dio tanto coraje que me fui levantando de la mesa, mientras vociferaba:

– ¡Si crees que te voy a creer todo lo que acabas de decir pues estas más que equivocada! ¡Todo lo que has dicho no tiene ni pies ni cabeza, es completamente ilógico! ¡Creo que la que está loca en esta casa eres tú! ¡Ya no tengo cinco años madre! ¡YA NO CREO EN NADA DE ESO! – terminé de decir esto y salí corriendo del salón a toda prisa, empujando todo lo que se interponía en mi camino. Ya no me importaba nada. Ella acababa de decir lo que más odio en toda la vida: una mentira. Pero con esta se paso de la raya. Y mientras corría me juré a mi misma no creer nada de lo que ella dijera.

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Hola! Este es el primer cap. de una laaaargaaaa historia xD Espero les halla gustado! El cap. va dedicado a todas las chicas que me han ayudado a seguir adelante y me han sido de gran ayuda para encontrar de todo para el blog y aportaron ideas. DANKE! Estaré publicando..mm...creo que el proximo sabado en la noche xD Veré en que momento publico ya que es mi cumple ^^ Bueno ya me voy sin mas que decir xqe ya es tarde y me muero de sueño xD Bye! Ich liebe dich <3

Prólogo

No sé en qué momento me vi buscando este valor tan preciado, atrapada en este mundo tan extraño y con su destino en mis manos. Lo único que veo imposible es como terminará todo esto y como volveré a mi hogar…o si querré volver. Despues de haber conocido a tan maravillosas personas, que les basto tan solo 7 días para ganarse mi corazón. ¿Cómo es que de un momento a otro se volvieron tan importantes para mí? Es una pregunta que nunca lograré responder pero sé el por qué de su importancia. Lo último que se me ocurrió fue pensar en las 6 imposibilidades de aquel día y esperar a que me sirvieran de algo para la pelea que se me avecinaba. No quedaba mucho tiempo y tenía tanto en que pensar antes de la batalla que definiría el destino de estas tierras.

Fue en ese momento cuando me anunciaron de nuestra partida al campo de batalla. Era el momento de poner la mente en el juego.